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Dolores Ibárruri, ‘La Pasionaria’ y su lucha por los derechos de las mujeres en España





Dolores Ibárruri, ‘La Pasionaria’ y su lucha por los derechos de las mujeres en España

“No pasarán, No pasarán”...
 

 

Dolores Ibárruri es conocida por ser la dirigente del Partido Comunista de España, en una época en la que muy pocas mujeres estaban presentes en el mundo político en nuestro país. Ibárruri nació en Gallarta, Vizcaya en 1895, hija de un minero, su madre la llevaba cada día al colegio.

 

Aunque su vocación habría sido ser maestra, la precaria situación familiar y el momento histórico que le tocó vivir, hizo que su profesión fuera la de costurera, como la de otras muchas mujeres de la época. Pero Dolores no quería vivir así y soñaba con un mundo diferente.

 

Ibárruri se casó con un buen hombre, también minero, con el que tuvo 6 hijos, que le ocuparon mucho tiempo en sus cuidados y atención. Pero cuando ella acababa de cumplir 23 años, su marido y compañeros se fueron a la huelga, y ella decidió ser parte activa de esta reivindicación, algo que cambiaría su vida para siempre.

 

En su famoso artículo publicado en favor de los derechos de los mineros, firmado como la ‘Pasionaria’ dado que fue publicado un viernes santo en el que la Iglesia conmemoraba la pasión de Cristo, marcó un antes y un después en su vida. Tras esto, Dolores se afilió al Partido Comunista y se enfrentó a la dictadura Franquista con gran arrojo y determinación; precisamente, fue ella quien acuñó la famosa frase “No pasarán, No pasarán”, un lema histórico. 

 

Como es sabido por todos, los comunistas perdieron la Guerra Civil ante Franco y muchos de ellos, como fue el caso de Dolores Ibárruri, tuvieron que escapar a Rusia para sobrevivir. Viajó por China, Bulgaria y Rumanía, hasta que en 1977, ya en democracia pudo volver a España, donde acabó ocupando un merecido escaño por el Partido Comunista, del brazo del genial Rafael Alberti.

 

La Pasionaria fue de las primeras en hacer ver a muchos hombres de nuestro país, que las mujeres no sólo eran esposas y madres; también podían defender los intereses generales y luchar por una vida mejor para todos. Cuando murió en Madrid el 12 de noviembre de 1989, los homenajes fueron encaminados a realzar su figura como gran mujer y ejemplo de libertad y lucha por los derechos del feminismo que hoy disfrutamos el resto de españolas y españoles en toda la geografía ibérica.